Válgame la miseria creativa.
La fábrica está jodida, hecha ruina,
los genios se largaron de parranda,
cada plagio una copia se demanda,
el arte se retuerce y se calcina.
Creatividad, ebria putañera,
se arrastra entre los bares y burdel,
los poetas se ahogan así en su hiel,
mordiendo vanidad de quinta esfera.
El público aplaude toda esta mierda,
la innovación ya duerme en un cajón,
y en el teatro se agota la cuerda.
Ríanse ante esta feria de latón,
donde reina lo falso y corre una cerda,
y la mediocridad es el patrón.
La Bruja Irreverente.