Yuliana, nombre que resuena en el tiempo, rubio recuerdo de infancia, diez años y un mundo por descubrir.
Juegos inocentes, risas compartidas, hasta que un día, tus ojos me vieron con otra niña, y el mundo cambió.
Celos infantiles, palabras a una madre, \"No quiero volver\", dijiste, y nuestros caminos se separaron.
El tiempo pasó, cruel y veloz, nos hizo adultos, nos llevó lejos, pero el destino tenía otros planes.
Te casaste con un Maxi, como yo, eco de un nombre que nos une sin saberlo.
Y mi hija, fruto del amor, lleva tu nombre, Yuliana, sin intención, sin planearlo.
¿Coincidencia? ¿Destino? ¿O tal vez el eco de un primer amor que nunca se olvida del todo?
Yuliana y Maxi, nombres que bailan entre el ayer y el hoy, uniendo nuestras historias en silencio.
No sé si volveremos a encontrarnos, pero en cada risa de mi hija escucho el eco de aquellos días, cuando éramos niños y el mundo era un juego que jugábamos juntos.