Te buscaré
por sendas y caminos,
mi mariposa.
No importa el día,
ni el tiempo del otoño,
te encontraré.
Y cuando vea
tus alas de colores
te llamaré.
Seré feliz
volando entre tus alas
por las campiñas.
Y por la orilla
de playas y resacas
ahora desiertas.
Recibiré,
los múltiples colores
del nuevo día.
Y sentiré
el beso de las algas
y del salitre.
Seré feliz,
repito en este sueño
del nuevo vuelo.
Porque tus alas,
igual que tus latidos,
serán los míos.
Y te amaré,
mi linda mariposa,
desde este otoño.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/24