Como un arma letal,
la traición inflige una herida.
Socava, duele, enerva,
ofusca los sentidos.
Los suspiros se escapan
y el llanto no se reprime.
El tiempo con paso tardo
forja al estoicismo…
Para el autoestima
la traición es vana y trivial.
La luz de la esperanza
alumbra el lúgubre camino.
Y sin pena ni gloria; llega
el olvido con el silencio mortal.