El día de mañana...
quizá cuando me cruce en un espejo
miles de arrugas caminen junto a mí.
O quizá
nunca llegue mañana
y no vea el intenso naranja de un atardecer
tras las cataratas de mis ojos.
Puede que sea la tórtola
que de este árbol busque cobijo.
Tras el telón de sus ramas me veré
asomado a la ventana de la poesía
huyendo del rugir imparable
inspirado por un reflejo...