Carlos Eduardo

Amigo Imaginario

 

 Ese niño que jugaba conmigo,

era tan leal,

me acompañaba aquí y allá

 

Hacía morisquetas

a quienes venían a molestar

 


Podíamos estar tantas horas riendo

sin parar


Era mi cómplice,

camarada

de juegos peligrosos

que no gustaban a mamá


Era ocurrente

al momento de variar

 

Me defendía

de alguna estupidez

de los demás


Recuerdo

los bergantines de oro

que se hacían a la mar


Vestíamos de piratas,

los oleajes nos parecían inmensos

sin piedad


Navegábamos con el alma en un hilo

por el riesgo de naufragar

 

Alternábamos el timón

para no cansar

 

Evitábamos los arrecifes de coral

en aguas calmas

sin fallar 


Recalábamos en puertos vírgenes

de soñar


Había princesitas tristes, ahí,

por no tener a quien amar


Qué playas más deliciosas

llenas de conchitas de Omán


A la orilla de la mar,

las angelicales niñas,

se unían en ronda

con las más pequeñitas

divirtiéndose 

al brincar

 

Eran lanzadas a la arena

volviéndose a levantar


Se despedían con flores

cantando

que iban a regresar

...