Pudimos ser todo,
hasta la luz del mundo
entre los cuerpos,
un sin fin de cometas
en los cielos de la noche,
un oasis donde no había agua
y la sed terminaba.
Pudimos ser los ecos
por todo el mundo
y un sin número de temblores
que no dañaran,
hasta el sol poner de acuerdo
para evaporar las lágrimas todo el año.
Pudimos tenerlo todo,
tener el control absoluto
y manejarlo todo desde la ventana,
la que siempre abrías
para que las miradas pasaran.
Pudimos todo
aunque no logramos nada
solo un cupo en la libreta
donde estabas anotada
fue lo que conseguí
con las ilusiones acabadas.
Pudimos ser un beso
del abrazo con ganas,
un sonrojar de la piel blanca
al sentirte entre piernas y miradas.
Pudimos arrepentirnos
pero no lo hicimos,
fue tanto huirle a la ruina
que nos alcanzó como si nada,
sin previo aviso nos cayeron escombros
y así nuestra historia culminada.
Pudimos ser todo,
pero quisiste seguir siendo
el dolor ajeno,
lo que antes y ahora eres,
nada.