Trivial árbol de cuyos ramos
desafortunados las castas
corruptas quinas Reales son,
en sangre teñidas de fieles
y fidedignos ciudadanos.
Como las sublimes banales
túnicas enhiestas corroes,
como los excelsos triviales
blasones letales afliges.
Ni distinguir sabes apenas,
repitiendo confusa sabes
lo que tímida excusa oyes.
Con libertad tan disonante
blandes tu corrupta memoria,
desatas sembrando discordia,
de colores prolijos vanos.