No es lo mismo ser la leña
que ser el fuego.
El fuego quema la leña
la leña se consume al fuego.
Hay quien prefiere ser leña,
aunque puede ser el fuego,
hay quien prefiere ser fuego
aunque puede ser la leña.
Y ante tanto despliegue de consumo
que al final se torna en la ceniza,
hay quien decide convertirse en humo,
y al instante de un calor, se volatiza.
Autor: Bernardo Arzate Benítez