¿Por qué hay tantas personas que languidecen los domingos o días festivos al llegar la tarde?. La explicación es muy sencilla, al cesar la actividad laboral que nos mantine ocupados,nos enfrentamos al vicio que revela las claves de nuestra existencia.Si estamos satisfechos con nuestra vida, y perseguimos una meta de la que nos sentimos orgullosos, en ese espacio, resonarán la calma y el anhelo por regresar a la actividad. Si por el contrario hemos renunciado a nuestros sueños,viviendo por pura inercia la melancolía que se instala durante la pausa, es una invitación a replantearnos nuestra vida y enderezar su rumbo. Detrás de algunas depresiones, se encuentra ese vacío que nos dice que nuestra vida, ha dejado de tener sentido y ha llegado el momento de actuar, debemos ampliar el horizonte.¡Ahora es el momento de cambiar!!.