Un verso a solas recitas
en el silencio, en tu alcoba,
de las miradas desiertas,
de quien siempre a ti te arroba.
En la azul noche estrellada,
tu confianza en mi bendigo;
desde la aurora callada
me llamas “Mi dulce amigo\".
Las palabras se deslizan,
como gotas de rocío
cuando juntos se entrelazan
nuestros besos y bullicio.
Vemos las luces distantes
en el cielo del destino,
somos dos fieles amantes,
en este fuego divino.
En el tálamo reposa,
una poesía fluida,
como la flor que se posa,
sobre tu piel encendida.
En nuestro deseo puro,
las pupilas se entrecruzan,
en un aro de conjuro,
donde los cuerpos retozan.
Que tu sentir nunca olvide,
nuestros roces de pasión,
que el amor siempre decide,
ser la más dulce elección.