Bajo el cielo Jerezano,
baila la gitana airosa.
Piel canela, ojos de fuego,
alma libre y ardorosa.
Su vestido vaporoso,
se desliza en suaves telas.
Caderas, ardor y gozos
al son de las castañuelas.
Entre sombras y misterio,
la gitana se desliza.
Lleva en sus venas la sangre,
del pueblo que agoniza.
Danza con fuerza y pasión,
al compás de la guitarra.
Grito del alma gitana,
que en la noche se desgarra.
Baile en la noche, fuego y duende,
el alma en cada paso, el compás se enciende,
voz que llora y ríe, en la guitarra un lamento,
flamenco, corazón que late en el viento.
Canto que quiso capturar,
la esencia de lo gitano.
En versos que vibran, arden,
como fuego en la mano.
El baile de una gitana Jerezana es un despliegue vibrante de pasión y tradición, en el que cada movimiento cuenta una historia ancestral. Con su vestido de volantes que se agitan al ritmo de las palmas y la guitarra, la bailaora expresa la esencia del flamenco, fusionando elegancia y fuerza. Sus brazos se elevan como alas, mientras sus pies marcan el compás en un diálogo constante con la música. En cada giro y cada paso, se siente la herencia de generaciones, una conexión profunda con la tierra y la cultura andaluza que resuena en cada corazón que la observa.