Siempre alondra amanecida
Aunque la espesura te nombre
Gallinita ciega de las farolas.
Rímel descosido desabrigan
Tu cintura expuesta
A calamidades de petrificada
Sombra; llueven semáforos
Con tus labios premiados
De cicuta al rocío de noches
Insonnes podridas de entrañas.
Quizás Siempre nunca se duerma
La esperanza de tú parecerte
A la zarzamora y caballo
En un siempreverde,
O quizás la luz desesperada
No more en ti para siempre
Y tu pelo quede huérfano
Como queda huérfana
La piedra sin corriente.
De la vida te llaman
Y nombran a la muerte,
No saben los vientos
Que fuiste cántaro en la fuente
Y rosedal en las sienes.
¿ quién sabe lo que sabes
Si el trigo es tu suerte?
No sabe la sierpe
Que las amapolas de las cunetas
Cosen de lana
Por donde el agua viene.
No sabe el traje
Que tú, dos labios tienes.