Salvador Galindo

La fiesta

Mucho antes de la peste,

La poesía era una verdadera fiesta

Y adorábamos declamar, reír, fingir

Bajo esa noche de expresiones teatrales

Cada quien con un gesto impostado

Procuraba robarse el corazón de los presentes

Pero tú y yo sabíamos que eso era pura mascarada

Que al día siguiente éramos simples comensales

Soñadores con demasiada imaginación

Creadores sin suficiente presupuesto

Apostándolo todo en un encuentro prohibido

Abominando de nuestras propias sombras

Con el rumor de la belleza y la virtud

Conspirando bajo el velo de las sábanas

Que envolvían los libros desparramados

Y los cuerpos extasiados,

arrebatados por la pasión, la complicidad

seducidos por el fulgor de la muerte

Por el presentimiento de un mañana sin nombre.

Mucho antes de la peste,

Mucho antes del gran estallido

Mucho antes de la gran conspiración

La poesía era una fiesta

Y a nosotros el destino, inexorable, nos apagó la música

Nos apagó las luces para huir de todos los sitios

Y acabar divididos por la imbatible noche

Que todavía vela cada una de nuestras palabras

y nuestros silencios, cómplices del desastre.