los diminutos barbudos
cuidan con recelo el elevador:
entienden que el ciudadano no debe entrar
(o salir)
sin aviso de por medio:
por ello,
SE PLANTAN
CON FÉRREA POSTURA
FRENTE A LA INERTE MOLE
(como carceleros de fiar)
día tras día... sombra tras sombra
......
y solo cuando la tarde se espanta
y la rutina laboriosa cesa
es posible verles relajados y distintos
jugando con los felinos al balompié