Paseo entre utopías derrotadas,
las ruinas de la razón en carne viva,
se apilan como escombros las ideas
en este vertedero de noticias.
Los ojos languidecen en lo bello
y al alma se la escucha con sordera,
las pasiones no desbordan los latidos
y los labios no enmudecen ni vocean.
Las miradas han perdido la sorpresa,
solo miran, pero ver..., ya no ven nada,
otean con sumisa ceguera
un mundo en el que triunfa la indolencia.
Los dedos ya no bailan en las manos,
las pasiones han rendido su bandera,
la ilusión dispensada con receta,
ahora pitan el orden y las metas.
Ser rebelde, una insolencia,
pensar simplemente es una ofensa,
una acción innecesaria, teniendo en cuenta
que quien manda es el que piensa.