DEJAMOS UN HUECO
Al morir, siempre abandonamos
nuestros efectos personales
y dejamos un hueco
para el que viene a continuación,
y algunos difuntos dejan, además,
un hueco muy extenso porque
han abarcado mucho espacio a lo largo de su vida
debido a su amplia y amable sonrisa
o a sus dotes de mando
o puede que porque transcendió
su ejemplo más de lo ordinario y, por todos estos motivos,
resulta un hueco
difícil de rellenar.
Gaspar Jover Polo