Vagan, sombras lampiñas, tristes por cerros en deslices
prontas a surcar filosamente mares presentidos.
¡Sombras desgastadas, resonando sin cuidado, sin ruidos!
flotan, inquietantes, alarmantes en penurias felices.
Espectros femeninos, trágicos en bocas colgantes,
sus voluntades entorpecen solo mis cielos nublados,
de voces distantes, en reinos desencantados,
¿dónde mis andanzas velan entre brisas de diamantes?
Fantasmas diamantinos englobados, con crudezas corroídas,
como siluetas aladas que protegen tierras embozadas,
tierras nutridas en la sangre alada y luces apagadas.
A mis pies se entrelazan, se abrazan y regresan afligidas,
¡Ah no caemos, no vemos; nos seducen las miradas!
seducción sin fin, en los amores donde la vida es florecida.