Pequeña semilla, tesoro dormido,
bajo la tierra esperas con afán.
Yo te prometo cuidado y cariño,
para que pronto puedas germinar.
Te doy agüita fresca y cristalina,
rayito de sol que besa con calor,
y una canción que arrulla y que anima,
a brotar alegre con suave rumor.
Pequeña semilla, mi nueva ilusión,
crece fuerte, verde, feliz y bonita.
Llena el jardín con tu bella función,
sé mi alegría, mi pequeña ramita.
Con pétalos de colores vibrantes,
perfume a tierra mojada y libertad,
crece pequeña, entre cantos silvantes,
¡despierta al mundo, pequeña verdad!
EmilioDr.
En un pequeño rincón de la tierra, una semillita soñadora anhelaba germinar. Desde su oscuro refugio, sentía el calor del sol y la caricia de la brisa, que le susurraban historias de vida y crecimiento. Sin embargo, su pequeño corazón palpitaba de incertidumbre, temerosa de los desafíos que podría enfrentar en el mundo que la rodeaba. El sembrador, atento a su deseo, se comprometió a cuidar de ella con dedicación y amor.