Adiós, tierra querida, adorada Patria mía
Recibe mi postrero, mi triste y hondo adiós
Adiós, campos floridos, alegres y risueños
Que tantas veces vieron mi plácida expansión.
Adiós, valles amenos, adiós, frescas montañas
Adiós, tranquilos ríos, adiós, fuentes de amor
Adiós, suave perfume de las silvestres flores
Adiós, cantos suaves del ave de color.
Adiós, cielo azulado, adiós, nubes errantes
Adiós, sol esplendente, adiós, brillante luz
Adiós, todo lo bello que en mi tierra existía
¡Adiós, Patria querida, adiós, mi dulce cruz!
Ya parto, ya me alejo de vuestro fiel regazo
De ese suelo bendito que amo con frenesí
Mas llevaré impresa, grabada en mi memoria
La imagen de ese edén que me trajo hasta aquí.
Y algún día, si el hado propicio me lo otorga
Volveré a esos amados, queridos lares míos
Para morir tranquila, feliz, sobre tu seno
¡Oh tierra que amo tanto, oh Patria de mis bríos!
Este poema esta dedicado a la soldado de la Marina Estadounidense Melissa Parga, quien ha sido recolocada en el mar ártico, zona azolada por las tensiones de guerra y que ha dejado a sus dos hijos gemelos de tan solo tres meses para cumplir con el deber que le impone su compromiso. Melissa al graduarse en la escuela militar se transfiere a la marina, nació en la hermosa Tenerife, de padre Norteamericano y el mar es su pasión , por eso escogió su profesión. Al ser madre, la valiente soldado sale llena de incertidumbre y temor, deja al cuidado de su esposo y abuelas a dos pedacitos de su corazón. Que tu fe y tu coraje te ayuden a regresar a tu familia querida Melissa!