Bajo el manto crepuscular,
de la noche oscura,
dos corazones se centran,
en un mágico concierto
donde suspiros y besos
andan marcando el compas.
Sus latidos, parecen versos
de un poema sin final.
En la vasta penumbra, se aventuran
buscando del amor su intensidad.
Mas, en la distancia,
con una mirada certera,
el desamor se asoma,
viejo guardián de intrigas y quimeras.
Con su mirada hiriente,
intenta socavar una profunda herida,
para impedir al amor
que se mantenga en la cima.
El sexo y la ternura,
en lucha se concatenan,
encadenándose a un destino
que al ver perdida su esencia
los amores envenena
cuando un tercer corazón,
escondido tras de la puerta
inicia un nuevo programa
en un triángulo amoroso
que al amor lo desbarata.
En un suspiro anhelante,
la disputa se manifiesta,
ecos de viejos lamentos
en la noche se arrestan.
Y un alma quedará llorando
ante una inmensidad que hiela
al corazón que derrama,
llantos por un anhelo
que ya se fundió en la nada
sumido en la oscuridad
del desamor, cuando te atrapa.