Tus pupilas te delataban, pero el amor que te tenía me cegó.
Experimentamos juntos nuestra metamorfosis,
fueron varias despedidas y mentiras.
El ego
nos terminó separando.
De los dos solo quedó un mensaje en el borrador que nunca se mandó.
Me abrazabas,
pero tu calor se apagó,
o tal vez nunca existió.
De regreso a casa, pasé por las escaleras en las que solíamos encontrarnos:
El café en mis manos asemeja el aprecio que un día sentí por ti.
Grité del dolor que tu traición a nuestra relación acabó.
Tu respuesta fue el silencio ,
mi alma se estremeció,
rompiéndose en mil pedazos.
Me arranqué el corazón
para obsequiártelo.
Aún vacío, mi pecho te seguía amando,
si volviera a nacer lo primero que haría sería buscarte
yo no te guardo rencor
Me recordarás cuando todo en tu mundo pierda color.
Tus pupilas te delataban, pero el amor que te tenía me cegó.