No culpemos a la soledad de haber llegado a ese lugar,
ni al tiempo por permanecer en el mismo sitio mas de una ves
no culpemos a nuestro pasado por querer encontrar uno en el otro lo que nos hacia falta
Cuando te encontré, ya estabas en ese sitio, ya eras tu, ya era yo.
completamente desconocidos, perfectamente rotos y humanamente enamorados.
Lo primero que vi, fueron tus ojos
y entonces me perdí en el mar de tu mirada.
Mirar tu piel blanca, tus labios pequeños.
No basto solo con mirarte.
Me acerque a ti, al verte taciturno,
hablamos de ti, de mi, de nuestros días,
un poco en presente, un poco en pasado.
Conocí tus sueños, tus pesares, tus locuras.
en ese preciso momento supe que tu eras
la persona con la querría permanecer toda mi vida.
Pasamos días hablando, noches en vela.
sonreía al recordarte, y buscaba un mil pretextos para buscarte.
y ahí estaba yo.... totalmente enamorada, entregada, ilusionada e inquieta.
No fuiste tu, fue tu alma, la manera en que la desnudaste
la forma en la que me la entregaste.
Te fuiste convirtiendo en parte de mi vida, de mis días...
te convertiste en mi puerto seguro cada noche.
Descubrí en tus brazos la paz, en tus besos el amor
y en cada caricia una muerte lenta.
Sabia que ya te pertenecía, sabia que ya era tuya.
me deje ir y comencé a navegar en tu cuerpo
y cada entrega era desenfrenada y sin limite en cada Te Amo.
No me arrepiento de ti, ni de tenerte, ni de quererte
y hoy se... que si la muerte llega, quiero que sea en tu presencia
en tu vida y de tu mano.