La brisa salobre
que del mar me llega,
me trae susurros
y voces del ayer,
cuando en esta playa
un joven de veinte,
fue dueño del mundo
y de sueños...también.
El lugar, el mismo
y volando en el tiempo,
me veo caminando
distraído y al azar,
me atraen las olas
con sus arabescos,
observo a lo lejos
y te veo...llegar.
Eras como un hada
salida de un cuento,
tu cabello al viento
y un felino andar,
me envolví en la estela
que dejó tu paso,
me hiciste poeta
y con vos...supe amar
que me dio el destino,
entraste en mi mundo
y en éxtasis viví,
alfombraste mi vida
de bellos momentos,
y un aciago día
te he visto...partir.
Te fuiste al cielo
de las almas buenas,
y allí entre ángeles
seguro estarás,
dejaste un vacío
lleno de recuerdos,
más cierro los ojos
y se me hace...que estás.
Hoy que ando cerca
de pegar la vuelta,
y a esta, mi historia
le busco un final,
que primen tan solo
las cosas más lindas,
porque al fin y al cabo
no me fue...tan mal.
Boris Gold