Tambores de guerra
El segundo cerebro le dice al primero:
“Abre las puertas del lóbulo frontal qué,
en breve,
te voy a enviar a las alturas
varios vagones llenos
de endorfinas, serotonina, dopamina, oxitocina”.
¡Bom, bam, bom, bam, bom, bam…!
Antes de la puesta de sol de mis pestañas,
espeta mis dos pulmones
un desalmado rayo
bañado en aceite de rabia.
¡…bom, bam, bom, bam, bom, bam…!
Ya con las últimas luces en las ventanas de mis ojos,
un seísmo interior
retuerce de derecha a izquierda, de arriba abajo,
haciendo temblar,
esos cimientos hechos de tripas que forman mis entrañas.
¡…bom, bam, bom, bam, bom, bam…!
En los primeros pasos de la noche,
unas vibraciones sobrenaturales
condenan perpetuamente al vello de mi cuerpo
a estar firme, en alerta, en permanente guardia.
La noche acaba de empezar.
¡…bom, bam, bom, bam, bom, bam…!
José Ángel Castro Nogales
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09/09/2024