Ya no vendo los fletes de mis penas
en lonjas donde exponen los coplistas
poemarios de amor intrascendentes
repetidos mil veces en cuartetas.
Ya no vendo mis versos como harapos
en tiendas donde exponen los copleros
imposibles metáforas sin brillo
rimadas con remiendos y simplezas.
Ya no cedo mi dignidad al culto
de la vana escritura en superficie
creyendo ser raíz de poesía.
Ya no soy ni coplista ni coplero
ni tampoco poeta consagrado
sólo un hombre que escribe sus vivencias.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO