Dialogar con el tiempo,
que es rápido y certero,
aunque sea en pensamientos
y le hago una pregunta
que me viene a la cabeza.
¿Por qué tanta prisa?
Que la vida es otra cosa
y los días es que vuelan.
Acabaré estrellado
en este mundo loco
que acelera hasta el fin.
La vida es nuestro lujo,
verla pasar lentamente,
que los días sean largos
y que parezca tan real,
sentir y saborear
con el tiempo detenido.
Que mirar hacia atrás
me produce desconsuelo
y la memoria me lo dice,
del pasado... ni me acuerdo.
¡Tiempo, detente
y marchemos juntos,
sin prisas ni relojes,
tal cual acostumbro!