En ocasiones nos encontramos lejos de la línea
Y no hablo de la cercanía con lo bueno o malo,
Es cuando caemos en razón que el daño está hecho
Al igual que el disparo, el sonido es el que asusta
Aunque el daño mortal es imposible verle venir...
Lejos de los ojos de Dios,
Mi quintilla lucha con mis malos deseos
Y mi facilidad por hacer el mal
Donde eternamente soy bueno,
Ahí, donde se esconde mi realidad.
En el reflejo de plata
que devuelve una mirada escondida
Con olor a mujer, con dolor al querer
Con espinas en los pies desnudos
Aunque quiera correr no puedo,
Al parecer hay un cuerpo,
Alguien lo mató
Y en el deseo siniestro
De cobrar venganza
La muerte en los ojos me dio la libertad...