Entre las extendidas rencillas de cada día
Un río de furia alimenta las cimas que van al mar
Las corrientes internas de los latidos del corazón
Bombean oxigeno hasta las empinadas sombras
Que va arrastrando el hormigueo frecuente de las sin razones.
Hay una turba de sentimientos que corta el aire con frío
Y el sonido de la ciudad acompasa las horas póstumas.
Hay una escena difícil de explicar y viajan hacia el horizonte
Los últimos pasos de un ser que no dijo adiós…
Los trenes de aliento se descargan en el andén vacío
Y una luz inunda los pensamientos con un dolor exasperante.
Después de eso, arboles mecen una luna llena
Y las estrellas se aparean, en una orgia de avistamientos astronómicos.