SOMOS UNIVERSOS….
Este amor no tiene fecha de caducidad, venimos de otras vidas amándonos, teniéndonos,
Siempre he amado a este hombre, desde otras vidas viajamos, y nos reconocemos siempre,
Y siempre nos volvemos a encontrar para amarnos lo mismo, es como dejar reposar la tierra,
y removerla a la distancia, es subir a las estrellas, es conocer universos amándonos, caer y
volver a caer hasta encontrarnos, y sin reclamos seguir amándonos, dejamos ir el pasado,
ese tiempo que no fue nuestros, sin reclamos de vidas que no nos vivimos, aquel tiempo
que no fuimos cercanos, éramos lejanos, como las estrellas, pero hay una fuerza desconocida
que nos empuja y nos junta los labios para decirnos los “Te Amo” con emoción de enamorados,
en silencio nos abrazamos a la vida que habíamos soltado, nos llamamos por el nombre,
el nombre que el eco repite entre ciudades, continentes, naciones y playas, hasta que el sol
junta nuestras sombras, lloramos esas ausencias, y besamos nuestras bocas muchas veces
llenos de amor y pasión, comulgamos con la vida desde el espacio la misma que nos separó
y juntó, hay hambre de sentirnos, deseamos ser saciados, ver la desnudez oculta de nuestros
cuerpos para hacer el amor y sentir la piel juntarse, para hacer gala del amor y la pasión,
sentirnos un volcán en erupción, saciar el hambre, queríamos más, de menos a más sentirnos
ocultándonos bajo sabanas azules de seda para comulgar con el amor y los deseos de la carne,
con pasión nos devorábamos, somos insaciables, había combustible y el fuego lo sentíamos por todo
el cuerpo, ardíamos, queríamos recuperar el tiempo de lejanía que no nos tuvimos,
no nos veíamos, el universo nos llevó a otros tiempos, nos reconocimos por el olor de la piel,
por el hambre queríamos ser saciados, con alegría de reconocernos y sabernos desde otras vidas
amándonos, el encuentro fue glorioso, abortamos amores que nos lastimaron, para abrazar el
que Dios nos regalaba de nuevo, la experiencia de volvernos a encontrar en universos jamás
vistos, fuimos sorprendidos por los planes de Dios, con el alma libre nos amaremos siempre
lo mismo, sin tiempo ni espacio, seremos universos desde otras vidas pasadas amándonos en
ciclos de la vida que Dios nos dio para vivirnos, tenernos por la eternidad por los siglos amén
Alicia Pérez Hernández... México
No es la pluma la que escribe, es el alma
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Yo no quiero morirme sin saber de tu boca.
Yo no quiero morirme con el alma perpleja
sabiéndote distinto, perdido en otras playas.
Yo no quiero morirme con este desconsuelo
por el arco infinito de esa cúpula triste
donde habitan tus sueños al sol de mediodía.
Yo no quiero morirme sin haberte entregado
las doradas esferas de mi cuerpo,
la piel que me recubre, el temblor que me invade.
Yo no quiero morirme sin que me hayas amado.