¿Por qué siento la necesidad de correr a tus brazos? ¿Por qué resuenan los tambores de tu interior en mi cabeza? Sólo quiero correr antes de que los últimos rayos del Sol se oculten y dejen de alimentar mi tibia piel. No quiero perderme entre mis pensamientos mientras languidece el atardecer desde lo más alto de este monte sagrado. La panorámica que contemplo es suficiente para olvidarme incluso de ti y de tus delirios.