Sucumbe el Hombre
entre sus Nieblas.
Sucumbe Buscando lo Perdido
entre Espejos Lentos, Disímiles
y en la llana Superficie de sus Sombras.
Sucumben las Siluetas de la Difusa Humanidad
que Siempre Agrede.
Sucumbe entre Fábulas Incógnitas.
Sucumbe en el Espíritu Cerrado.
Sucumbe en las Noches de Alucinación e Insomnio.
Sucumbe tu Ser Perdido
que Inhala el Vapor
de sus Miles de Derrotas.
Sucumben los Densos Días
Esperando el Fin de las Tormentas.
Sucumbe el Sordo y Agudo Quisquillar
en la Añosa Lejanía
que se Desvanece Sólo en los Temores.
Sucumben las Nieblas Sedientas
en el Calor de la Cuna que Pretendes.
Sucumbe Ya! tu Vida
mecida por el Vasto Orbe.
(Patricia)