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Un hombre bueno...

Amaneció triste la mañana…

con una bruma que envuelve el alma,

con una ansiedad inexplicable…

que ha cubierto el ambiente de nostalgia.

 

Amaneció sin sol…

sin el cielo azul acostumbrado,

sin el trinar de pájaros en la ventana,

con una pena atravesando el pecho…

con un nudo en la garganta.

y el respirar agitado...

ante el repentino hecho de tu partida.

 

Se apagaron las sonrisas en un instante,

ha cambiado la rutina abruptamente.

 

Nada es igual…nada es como antes,

hay una sombra inconsecuente…

que hiere y que lastima.

 

La vida es un instante…

se resume en un momento,

tu misión se ha cumplido…

y el Creador Todopoderoso…

te ha querido de regreso…

a lo sempiterno…a lo eterno.

 

Es difícil entender lo sucedido,

nada fácil comprender que ya te has ido.

 

La impotencia se apodera de la mente…

que inútilmente va buscando algún consuelo.

 

El corazón acelerado…no acierta a concebir lo ocurrido…

y los ojos ya no pueden contener el llanto.

 

Tantos años compartidos…

y tanto amor has ofrendado,

tu humildad y sensatez…tu gran legado.

 

Siempre voy a recordar tu simpatía…

esos días de alegría en tu generosa compañía,

y esa imagen valerosa…de hombre digno…

de intachable honestidad…de firme mirada.

 

Tu mejor virtud la bondad,

un hombre bueno…legal…decente,

con la frente siempre limpia…siempre consecuente.

 

Con la frontalidad de la verdad…

con la nobleza de un señor…un caballero.

 

Que difícil despedirse de ti…querido tío,

siempre te voy a recordar…

y siempre ocuparas un lugar especial en mi corazón…

porque te lo has ganado.

 

Hasta siempre…tío querido

 

A la memoria de Segundo Alfonso Gomezcoello Cantos

 

Un hombre bueno.