Abrázame fuertemente,
exprime mis deseos, no dejes nada dentro.
Saca de mí ser la mansedumbre
y haz en mí un exorcismo
expulsando de mis adentros
todo aquello que no sea tus encantos.
Junta tus caderas a las mías,
retuerce mi pasión sin dejar nada dentro.
Tus pies guiando mis pasos
tus pechos frenando mi frenesí de ti,
y me dejo llevar, ¡llévame a tu pista, chiquilla!
Ahora, ya en ella, en tu cintura
carcelera de mi fantasía, vuelo en tus vuelos,
una vuelta…, y tus cabellos
rejas de mis locuras, me despiertan
y me llevas al borde de las quimeras.
Cuando volteas tu falda
y me descubres la primavera de las rosas:
Entre colinas de terciopelo,
tan suaves como la brisa
tan de locura
que me es imposible soltar tu cintura.
Y bailamos la danza de los deseos
con los acordes de los besos y las caricias
y de nuevo te digo:
Deja que te abrace fuertemente, chiquilla,
que salgan mis anhelos, sin dejarme nada dentro
hazme un exorcismo con tus besos
expulsando de mis adentros
todo aquello que no sea reflejo de tus encantos.
~~/~~
Baila conmigo chiquilla, llévame en los vuelos
de tus labios, de tu mirada.
Enciende tus ojos y deja que me cuelgue en ellos
y por tu cuerpo, ser la savia que llegue a tus ramas.
Prometo seguir tus pasos, pero, por favor,
llévame al cielo, chiquilla.
Ese, el de tu mirada resplandeciente
y que se apaguen los luceros,
que no hacen falta ninguna.
Está bailando conmigo la luna
La dueña de las flores.
La acaparadora de los aromas
De la Gardenia y la Rosa
De la canela y el clavel
La que resuma vida
por cada poro de su aterciopelada piel.
Y no dejamos de bailar, y, sin dejar de soñar entre sus labios, despertaba con cada beso, para volver a soñar la realidad de su cuerpo, entre los vuelos de los deseos.
Ya está amaneciendo, me dijo con su voz de contenida pasión, que más que un darse cuenta de que la noche se iba a dormir, era una prolongación de mi sentir.
¿Seguimos bailando?, le pregunté. Su sonrisa me dijo todo…, Y ya estoy otra vez en su cintura, carcelera de mi pasión. En sus cabellos, rejas de mis locuras. Y en sus labios, haciendo realidad mis quimeras.