En el otoño de los campos
silentes, de los grises chopos
musitarán las hojas de ocres
su corto volar.
El paisaje alzará los tonos,
que solo el pintor de los tiempos
soñará con sus lienzos de óleos.
de fiel recordar.
De la hojarasca y de los musgos
germinarán los frescos hongos,
y volverán los verdes gnomos
su bosque a cuidar.
A invocar a los sabios sapos
y entonar los mudos arcanos
de sus antiguos pergaminos,
junto al gran altar.
Volverán las ninfas meladas,
entre sus auras irisadas,
y la gracia de la Fortuna,
de odas a soñar.
En las noches claras de Luna,
danzarán sobre la laguna
flotando sobre ondas de seda,
de su verde hogar.