En este viaje de tres años, donde el tiempo ha sido testigo, nuestro amor ha crecido cada día, mano a mano, en lo divino.
Cada día, una nueva enseñanza, en el libro de nuestra fe, donde la palabra de Dios ilumina, y nos guía con su poder.
Tu amor, faro constante, en la tormenta y en la calma, es la luz que brilla radiante, llenando de paz mi alma.
Hemos aprendido a escuchar, la voz suave del Creador, y en su palabra encontrar, la fuerza y el valor.
Tres años de amor y fe, de crecer y aprender, en la luz de Dios, siempre, nuestros corazones florecer.
Te amo, luz de mi vida.