Pensaba escribirte desde la fuente del enojo,
De hacer una diatriba con todas mis querellas
De enumerar tus falacias, y la falta de decoro;
Pero pudo mas mi decencia y me olvidé de ellas.
Pues, no vale la pena envenenarme con mentiras,
Lo que más me duele es el tiempo que en ti, invertí
Lo gastaste sin reservas, como se tira lo que olvidas;
Cual ropa vieja… lo pusiste en el vagón del vodevil.
Pero así es la vida, no todo lo que das es bienvenido…
Hay quien no valora un favor, ni el tiempo en él invertido
Por eso pensaba escribirte desde la fuente de mi enojo,
Pero elegí mi paz, y mandé tu recuerdo a los despojos.