Emilio Barrios

Yo y mi locura

Jugando a ser poeta, escribo mis poemas al son de mi locura, empuño un lápiz o un esferográfico sobre una blanca hoja, la luz de una vela acompaña, un café amargo que sabe a tristeza moja mi garganta.

 

Empiezo a exponer mis sentimientos, a veces perturbadoras, otras veces tediosas, tu nombre en mi mente nunca falta, la figura de mi cuerpo proyectada en la pared a media sombra, parece como si fuera de otra persona.

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la mera verdad no me importa, apaciguo mis ansias y mi imaginación vuela, vuela al horizonte imaginario donde no existe fronteras, la soledad de la habitación a media luz aclara mis ideas y fluyen las palabras.

 

No siento vergüenza de mi, ni de mis sentimientos, de nada, salgo afuera a tomar un poco de aire, una buena bocanada, me muestro al alba observando el rey sol en mi cara, mis parpados se queman, mi amor por ti no se quiebra, es cada vez más fuerte como los rayos del sol.

 

Tu tierna mirada parece las del roció al amanecer que cada mañana moja el suelo, el pastizal y la flor, esa flor que me recuerda a ti, todo es una total calma, la lluvia suele caer, a veces leve y otras fuerte, tu eres mi centro mi inspiración para escribir lo que siento, eres mi musa, mi fuente.

 

Estas muy adentro de mi mente, todo el día a toda hora, como el sol, el roció, la lluvia, la flor, siempre presente, basta con abrir mis ojos cada mañana para darme cuenta de lo que es mi suerte, no existe nadie como tú, no existe otra gente.

 

El ambiente se torna gris muy oscuro, regreso a mi habitación para seguir plasmando versos y poemas, cuando estas lejos de mi la añoranza me persigue se apodera, me alcanza y me castiga, te lo juro.

 

Esta sensación es algo único, el tenerte, mi amor por ti perdurará eternamente, te lo diría si estuvieras conmigo, como no estas a mi lado, todo ocurre en mi apenada mente.

 

Y aquí me tienes con un café amargo, un lápiz negro y escribiendo un poema para ti con mi locura presente y sin embargo tú, tú estas ausente.