jvnavarro
DIARIO DE VERANO LXXI (ENTRE FATIGAS)
La fatiga se cuela por este poema
sin cortinas y sin nada
que pueda salvaguardar
su interior mezquino,
alma sin sustancia.
Solo ofrece este poema paja ya seca,
que uno recuerdo desmenuzada,
ya por el trillo triturada,
que uno recuerda
en el pajar amontonada,
por allí las hoces y las palas,
los sacos con trigo,
las gallinas encima de las vigas de madera,
por allí los apeos de labranza,
todo en su lugar
como si estuvieran esperando
que mi padre llegara
para señalarme donde se encontraban
los nidos de palomas
y las viejas albarcas.
En poco se me van las ganas,
de escribir de otras cosas que no sean
las añoranzas,
lo de los amores se lleva,
lo de las caricias se sienten y cantan,
lo del querer no mata,
hiere el odio, mata la desesperanza,
matan las sucias miradas,
las jugadas que por debajo la mesa
se saben que pasan,
mata el saberse uno llamado
a formar parte de una desbandada
de cuervos que volando pasan,
para cuando se da cuenta
de que la libertad es la mejor de las armas
para llorarle al alba.