Yazgo cubierto de negro silencio,
silencio que penetra por mis poros
cubriéndome mi corazón de polvo
hasta oscurecer todo mi vacío,
los gusanos quieren entrar en este
cuerpo obscuro de silente soledad,
todo obscuridad en un cuerpo vano,
cuerpo sin cuerpo donde solo queda
la sombra apagada que reverbera
una losa quemada por la mano
que de una vez me señaló Vulcano
donde la ceniza es polvo en espera.