Aurora y su amiga Aviv dijeron al salir:
“No sé qué decir. No dejo de pensar en ti”.
Viviana y Meritxell me enseñaron esto:
“Aunque no piense en ti, siempre piensas en mí”.
Hesperia replica: “Invades tú mi psiquis”.
Ainara agrega: “No dejo de pensar en ti”.
Bianca prosigue: “Calas hondo en mí”.
Morticia concluye: “Es mito o falla; es mito qué”.
Frente a mi vida pasar, la Muerte se presentó.
Salí del velo de Maya, del reino de Mara.
Gritos, lágrimas, vistieron mi pobre cuerpo.
La luz es efímera, la oscuridad… eterna.
¡Oh, Protector! Solo, carácter y potestad.
¡Oh, Protector! Solo, buscando la verdad.
Cual Atenas y Esparta perecieron mis reinos:
vida y obra, trozos de mármol y carbón verdes.
Contra viento y marea, persiguiendo mis sueños.
Vanos sueños: mi Protector decidió mi suerte:
“Hete aquí con un pie afuera y otro adentro.
Visiones de hombres y mujeres en pleno sexo.
Mayores y/o menores, todos futuros padres.
He lo más granado, lo menos malo del mundo”.
“Elige bien, porque ellos marcarán tu destino.
Si sientes afecto por tu madre, serás niño.
Si sientes afecto por tu padre, serás niña.
Piensa bien: coerción o amor, ambos serán uno”.
¡Oh, Protector! Solo, carácter y potestad.
¡Oh, Protector! Solo, buscando la verdad.
¡Oh, Protector! Tu Cielo e Infierno me derrumban.
¡Oh, Protector! Padre y madre, uno en la intimidad.
¡Oh, Protector! Cuarenta y nueve días tardarán.
¡Oh, Protector! Matriz sellada, luz… de la realidad.