En torno a un café
debo justificar la poesía .
Los ojos se clavan sorbo a sorbo;
la desnudez del entorno
petrifica la tuya; solo tengo
que descalzar aquello
que no es momento.
La poesía existe para contar desnudez,
no importa lo que digan
las ventanas recién levantadas.
Vivo lo que siento, siento lo que vivo,
y así, eternas, se viven las cosas,
como tú, como yo; el anillo lo inserta
la Luna.
Soy culpable de tu humedad,
esa que sin decir nada
lo dice todo como lo dice un Haiku;
Como lo dice un abrevadero.
En torno a un café nada aburre,
y más, si el velador ceniza la frialdad.
No tardes, ama la premura y
Llámame pronto,
grano a grano el aroma
petrifica el cántaro
cuando vuelve.