Aunque ciertas veces te sientas sola. Evita el estar triste, evita el llanto.
Sabes tú, que no daría por llevar a tus labios una sonrisa. Diera, quizá mi vida, para que tal milagro sucediera cuando te sientes no poder más y quiebras en llanto. ¡No sabes como duele, tu no sabes cuanto!
Una distancia nos separa. Y aunque no pareciera exagerado, en muchas ocasiones para mi lo es. Tú vas por una senda, yo por otra. Pero la senda que recorras, debes hacerlo con alegría y de corazón. Que tus ojos no den cabida al dolor, que tus lágrimas sean de amor, de alegría. Que tu voz tierna derrame encanto.
Quisiera ser por toda una eternidad tu bufón. Que rías al compas de las ocurrencias del arlequín que habita dentro de mi ser. Que al compás de una guitarra cantes conmigo un himno de alegría, un canto de felicidad. Seamos juntos los trovadores de nuestra historia que se escribe en cantos.
Aunque ciertas veces te sientas sola. Nunca olvides que existe alguien que toma tu mano y a los oídos te susurra: “No llores, que duele y no sabes cuanto”.