Después de padecer varias mentiras, dulces desengaños y amores amargos y sin sabores, busco aliviar mis penas, tratando de ahogar mis decepciones en copas de lagrimas derramadas en sorbos de pensamientos negativos y algunas nostalgias.
He comprendido y aprendido que la solución a mis dramas es simplemente escribir y plasmar mis ideas desordenadas con ayuda de un lápiz en un papel de hojas blancas, lo que me perturba.
Aprendí también que no todo podre sostener, la cordura en mi delirio es imposible mantener, muchas cosas se me escapan de mis manos, no importan los daños, o los años, cada paso es una incógnita, que mi cuerpo absorbe como una esponja.
Cada escalón es incierto, vivo en mi propio infierno, no digo que todo debe ser perfecto, sueño con que algún día se presente en mi vida la oportunidad de viajar por los tiempos de enseñanzas y esperanzas.
Juego a ser sabio mas no tengo el don, me hundo en un pozo con aguas heladas pido ayuda, nadie escucha, extiendo la mano, alzo la voz, al horizonte y no obtengo respuestas.
Todo esto del amor me sacude la cabeza, este sentimiento del ser humano que es tan raro, puede provocar dolor, decepción otras veces una vaga alegría, dependiendo de como uno se sirva.
Y viene el desengaño, ¿en que circunstancias? y sobre todo ¿con que compañia?, la mentira, si la mentira, realidad sufrida.
Caigo en el desierto de la incertidumbre, imaginando en mi desesperación a un oasis, escribir, proyectar mis sentimientos se ha vuelto mi alivio, una gota de medicina, mi catarsis.