¡¡HIJO, CELEBRA LA VIDA!!
Te veo como árbol frondoso dando sombra y cobijo a tu familia…
Siento tu abrazo cómo una rama del árbol cada vez que te necesito.
Llegaste igual que septiembre, con sus lluvias y sus soles, con sus vientos implacables.
En cada paso que has dado, te has hecho más fuerte y capaz de salir adelante.
Desde Pequeño has sido seguro de ti mismo, de tus decisiones y empeño por mejorar.
Dócil, amoroso, cariñoso, siempre obediente. Disfruté mucho tu niñez con alegría.
Te mostrabas fuerte y débil, igual que sucede a todo ser humano en los momentos difíciles.
Equivocado algunas veces, supiste siempre aprender de los errores y maduraste.
Y con la mirada fija, sigues tus planes y propósitos y tu fe puesta en Dios y en la vida.
Has pasado los años y has enfrentado crisis que has superado con decisión.
Has pasado por fuego y tus emociones fueron trastocadas por esos momentos.
Siempre de pie te has mantenido, viendo hacia adelante y confías en lo que viene.
Has sido pasado por fuego para ser acrisolado y pesado en la balanza y sigues tu vida.
La vida nos lleva por donde le parece, aunque a nosotros no nos parezca justo.
A veces la vida te lleva por espinas, igual que las rosas y otras veces te da alegrías.
No tengo quejas de ti hijo, siempre has sido buen hijo y buen hermano.
En ti siempre veré al hijo de mi corazón, que un 11 de septiembre parí de mis entrañas.
Mí primogénito, carne de mi carne, sangre de mi sangre, aún te lleve en mi ser.
Has sido mis lágrimas en mis alegrías, en la enfermedad tus abrazos me han sanado.
Tú felicidad siempre es mi felicidad. Verte feliz con tú familia me llena de gozo.
Y tus tristezas las hago mías y te llevo en oración, delante de Dios, mi Padre.
Con tus alegrías siempre me gozaré al verte reír y jugar con tus hijos.
Nadie tiene hijos perfectos, pero para mi eres muy buen hijo.
Tú no eres hijo que me haya dado desvelos, me alegra que seas buen esposo y padre.
Fuiste enseñado a tener fe, confianza en ti mismo, para salir adelante en las vicisitudes,
Sé que no ha sido fácil, pero has aprendido a levantarte de las caídas.
Has crecido, no me refiero a tamaño, sino a las experiencias que te da la vida.
Amas a tu familia, les das los valores que aprendiste en casa, los veo en tus hijos.
Pero lo más importante, tienes una gran fe en Dios, en tu trabajo y la responsabilidad.
Lo más grande en la vida es el amor de Dios. Has sido bendecido desde tú nacimiento.
¡¡Hijo, Celebra La Vida!!…Celebra la Vida ¡¡Hijo!!
¡¡Como yo celebro la más grande alegría de haberte traído a este mundo!!
¡¡Tu padre, desde el cielo, donde está, se siente muy orgulloso de ti!!
Y te diría \'\'mula de seises\'\' cómo cuando jugaba contigo al dominó.
¡¡MUCHAS FELICIDADES!! ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Alicia Pérez Hernández… México
No es la pluma la que escribe, es el alma
Todos los derechos reservados©