En nuestra sociedad
vivimos entre prejuicios,
para evitar ser sometidos
a severas críticas y juicios.
Existe un prejuicio terrible
que no tiene comparación,
que por complejos e ignorancia
se hace discriminación.
Los prejuicios y formulismos
nos imponen restricciones,
para evitar caer en la lengua
de habladores y críticones.
Es difícil actuar con libertad
y querer ser uno mismo,
porque siempre nos frenará
algún ridículo formulismo.
No lo hacemos por educación
si no por pena y temor,
guardando los formulismos
así nos sentimos mejor.
Tengamos criterio propio
y seamos nosotros mismos,
para poder combatir
prejuicios y formulismos.
Alejandro Díaz Quero
Villa de Cura,05/06/2024.