He vivido abrazando el deber, con poca alegría.
No es cualquier cosa, eso que mientan deberes.
Lo primero que aprendes a decir es: Esa es mía.
Poco te enseñan y aprendes, siendo quien eres.
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La vida de un niño o del púber, fácil, jamás será.
Entre el deber y el juego, hay horas inalterables.
A la niña, con muy poca edad, se le ideologizará.
Las niñas deben ser atentas y los niños amables.
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Es una bendición o la maldición tener hermanos.
Creo que, para las niñas es más severo, ser grácil.
A Ellas se les imponen, credos y ritos inhumanos.
En fin, en el hogar de censores, vivir no será fácil.
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¡Sin dudas, cada uno será, lo que aprendió a ser.
La ruta natural del aprender, es cumplir el deber!