Mucho tiempo ha pasado desde
que Dios viendo mi soledad concedió
conocer en ti querida y auténtica amiga
ese sentimiento constante y profundo
como si desde antes de nacer
nos hubiéramos ya conocido
aunque almas antagónicas parecíamos
En algún momento convergimos
entre ese círculo vicioso que nos rodeaba
me distinguiste con auténtico aprecio
Lágrimas tardías se escurrieron esa noche
cuando quedaste estática en tus años
obsesionada con quien no te amaba
fuiste dejando poco a poco la vida
la última imagen que tuve de ti
consumida por aquél tumor maligno
que de ti se adueñaba insaciable
tu piel a los huesos adherida
tus jadeos y punzantes dolores
y aún así reconociéndome, amiga
el final se acercaba y la impotencia
el deseo de entender los designios
la tarde gris y el viento contenido
el sol macilento en el horizonte
por días me hundieron contigo
tu compañía alegre y traviesa
tu acento norteño
tu carita hermosa
tus destreza al bailar
tus risas y tus albures
eran un recuerdo bello...y nada más
Hasta esa noche...
que volví a verte rozagante y bella
saludándome como si fuese ayer
hasta esa noche de ensueño supe
que no sufrías ya más
que vives ahora rodeada de luz
y algún día tal vez nuestras almas
en su vía volverán a convergir
en otras circunstancias...mejor quizás