Desde lejos te contemplo
ya no puedo transgredir
la frontera que marcaste
tras mi sentir desvelar.
Esa noche sigue viva
el dolor no quiere ir
en mi pecho aún se anida
y en la noche, sin fingir
mis lágrimas son despedidas
de un amor que no ha de fluir.
Guardo este amor en el alma
que no logro despojar
y aquí estoy, en la cama
recolectando los trozos
de un corazón por sanar.
En el silencio de la madrugada
mi mente vaga sin cesar
buscando en los recuerdos
un consuelo, un lugar.
Pero el eco de tu risa
me sigue atormentando
y en cada suspiro
siento que sigo amando.