EPIFANÍA DE LA VIOLENCIA
¿Por qué subes oh, burbuja
de intensa furia,
entre garras de fuego dislocadas?
Cuando puedo sentir tus huellas
siento el alma seca,
otras veces,
mis ojos y mis oídos
sucumben en un fuego destructor.
La ira grita, su voz me quema
las campanas han quebrado su canto
y el aire se llena de noche.
Las espadas regresaron
en un ojo enrojecido
y en feroz alarido pregonan su venganza.
Un espíritu merodea silencioso
indicando blancos donde hundir la ofensa,
aparece con disfraz de destello justiciero
y vocifera autoritario
simulando grandezas del vacío.
Esta voz irrumpe
de su propia existencia desmembrada
y corre por las redes desnudando el alma.
La ira se congrega en extrañas redes
y en arácnido veneno
salpica sospechas y temores.
¿A dónde vas replicando tu amenaza?
¿Por qué acusas y condenas sin descanso?
Ah, burbuja del alma en fuga,
¿Qué contemplas en la sangre derramada?
¿Acaso el terror mudo de tus sometidos?
Pero la burbuja sigue su camino
y no responde a mis preguntas;
solo estalla,
en gotas de sangre y fuego.
E.D.A